Por otra parte, se debe mencionar el caso de la energía eléctrica, un rubro que conforma una categoría por sí misma. De acuerdo a la medición del Indec, ese ítem tuvo un alza del 4,2%.
En lo que respecta a las bajas de precios, los ejemplos son muchos. Dentro de los productos primarios, por ejemplo, hubo deflación en los productos agropecuarios (-0,9%) y los pesqueros (-0,7%).
También en los manufacturados hay múltiples casos de productos que disminuyeron de precio. Fue el caso de las “máquinas y aparatos eléctricos (-2,9%), los productos metálicos básicos (-2,2%), los equipos para medicina (-2%), los productos refinados de petróleo (-1,5%) y los productos textiles (-0,1%), entre otros.
El resultado general fue una buena noticia para el Gobierno, no solo por la deflación de los productos del mercado mayorista, sino también por lo que implica el resultado del IPIM para la economía. Es que tanto Caputo como el presidente Milei han señalado en varias oportunidades que los precios mayoristas son un anticipo de lo que pasará con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), indicador que se acerca mucho más a lo que pasa en el bolsillo de los argentinos.
Si esta tendencia se mantiene en los próximos meses, podría consolidarse una desaceleración sostenida en los precios al consumidor. De ser así, el Gobierno sumaría un argumento clave para sostener su programa económico y reforzar su narrativa de desinflación, uno de los principales ejes de la gestión actual.